El cálido aroma de mandarina adornado con clavos que se preparan durante las vacaciones de Navidad. Las especias picantes que se sumergen en un vaso de ron. La delicadeza de una silla de cuero desgastada por años de amor. Una ligera brisa nocturna con el olor del bosque que pasa por una ventana entre abierta. Una fragancia que evoca un momento en que la vida era más lenta y elegante, compuesta por Jeanne-Marie Faugier.
Desde 1270, la casa Frapin refina sus métodos de producción de coñac al dominar cada paso. Las fragancias Frapin han sido diseñadas para perpetuar la tradición y enfatizar la complicidad entre dos conocimientos excepcionales, ambos relacionados con la tradición del lujo francés, así como con el suelo y la historia del país.