En medio de las colinas de Nueva Gales del Sur, Australia, se encuentra una iglesia encaramada. De sus paredes emana un humo envolvente y tranquilizador, con notas de madera de cade ahumada, casi quemada, apoyada en el incienso de Somalia que arde con fuerza. En su interior flota un ambiente propicio para el ascetismo, esta disciplina encaminada a la perfección espiritual a través de repetidos esfuerzos: aquí tienen el olor herbáceo de la angélica mezclado con la vivacidad de la mandarina. En el fondo, el almizcle animal hace eco de la naturaleza del hombre. El nariz de Bois d'Ascèse, Julien Rasquinet, firma un auténtico homenaje a los recuerdos de infancia de la diseñadora australiana Naomi Goodsir: el recuerdo olfativo de su primer taller en Australia, una iglesia en desuso donde hacía fuegos de leña. El resultado: una estela amaderada envuelta en un potente incienso.
Desde Sydney hasta la Ópera Nacional Inglesa de Londres, la diseñadora de sombreros australiana Naomi Goodsir dejó sus maletas en Francia, donde instaló su estudio. Es una de las últimas diseñadoras de sombreros haciendo sombreros hechos a mano. Naomi colabora con los grandes: el director de cine Iain MacKenzie, el rapero Kanye West, Les Bains Paris y la estilista Amanda Harlech. En 2015, Vogue Italia la presentó como uno de los "nuevos talentos más prometedores" para sus sombreros escultóricos