MAD ET LEN desea transmitir el amor por el gesto en la perfumería: la infusión de las piedras que componen el popurrí, por ejemplo, nos involucra física y emocionalmente. Este ritual, donde el amor por el perfume se mezcla con la sabiduría de la tierra, transforma la obsidiana, el ámbar amatista y otros tesoros minerales en silenciosos guardianes de las plantas y sus virtudes. Estos materiales, elegidos por su capacidad de comunicarse con el mundo invisible de los aromas, liberan sus fragancias de forma gradual y suave. Allí, en la tranquilidad de nuestros interiores, el ámbar y la piedra se convierten en catalizadores de emociones. Este proceso, tanto tangible como etéreo, se nutre silenciosamente del reino de las plantas, honrando su sutil poder curativo a través de los aromas que comparten a medida que liberan gradualmente sus esencias para despertar nuestros sentidos.

En esta alquimia entre materias primas y perfumes, MAD ET LEN aspira a ofrecer una experiencia polisensorial única: los gestos y el ritual se convierten en un acto de creación y cada fragancia es un puente entre el cuerpo y la imaginación. Es la celebración de una forma de belleza, un homenaje al poder evocador de los olores y su capacidad para transformar espacios y momentos en recuerdos duraderos. Elaborados a partir de fórmulas sencillas con ingredientes que respetan los ciclos estacionales, los aromas MAD ET LEN transcriben con precisión los olores naturales. En una discreta celebración de la vida, despiertan los sentidos y reviven tiernos recuerdos como la magdalena de Proust de la que MAD ET LEN toma su nombre.

Ritmo inmutable, ritualización de los gestos, búsqueda de la sobriedad, materiales virtuosos, piezas únicas, MAD ET LEN reconecta con la tradición boticaria, quintaesencia de la perfumería artesanal.