Érase una vez, en Florencia, un hombre enigmático que deambulaba por las calles de la ciudad en los días de niebla. Como un paseante, desprendía un aura de belleza y elegancia, captando la atención de quienes se cruzaban con él como un relámpago inesperado.
Xisma encarna esta presencia tormentosa, creando una grieta en el suelo mientras notas de hojas de tabaco persiguen la frescura de la bigarade y la bergamota por carreteras sinuosas. Una persecución que termina con una suave y envolvente sensación de almizcle. Esta fragancia divide y une en una ecléctica mezcla de visiones.
En el corazón de Florencia, a lo largo de la Via di San Niccolò, el maestro perfumista Sileno Cheloni celebra la vida. Los recuerdos se codean con nuevas sugerencias olfativas, dando vida a filtros mágicos que nutren y vigorizan nuestra memoria. Un precioso frasco "azul" recuerda las características de las tradicionales ampollas alquímicas y preserva las materias primas refinadas. Gracias a una dedicada búsqueda de las materias primas más raras, recogidas durante sus viajes entre Oriente y Occidente, Sileno Cheloni ha creado su propia "biblioteca olfativa": una colección completa de más de dos mil esencias refinadas, que constituyen el punto de partida de cada nueva creación.