La serigrafía es una técnica de impresión directa que llegó a Francia en la década de 1910. Creada en China durante la dinastía Song (920-1279), fue poco utilizada en Europa hasta el siglo XIX. Al principio, este método consistía en crear plantillas con papel adhesivo y diversas pastas para hacer máscaras.

Fornasetti empezó a utilizar este método en los años 40, en el taller de su padre. Realizada exclusivamente a mano, esta técnica es el origen de las líneas negras gráficas que dan identidad a Fornasetti. La decoración transferida a la superficie se deja secar durante varios meses antes de recibir numerosas capas de laca: este proceso sella la decoración, dando a los muebles su brillo característico y su agradable tacto.

Desde la porcelana hasta los muebles y accesorios, cada pieza se elabora meticulosamente a mano en el taller de Milán. El resultado es una colección de más de 11.000 artículos.

Aunque todas las obras son de Fornasetti, ninguna capta tan bien el espíritu de Piero como los rostros que creó inspirándose en la bella Lina Cavalieri, que se convierten en la impronta del artista.