La madera es la esencia de esta auténtica fragancia. Este material, imprescindible para nuestra vida, que atraviesa las estaciones y evoluciona con el ritmo del tiempo, se acompaña de notas de jengibre, mandarina, naranja amarga y romero. Una cercanía a la naturaleza traducida por los aromas del cedro de Virginia, la hoja de violeta y la salvia. Un verdadero homenaje amaderado de la Casa Frapin sobre un fondo de madera de cade, madera de guayaco asociada al ambrox.
Desde 1270, la casa Frapin refina sus métodos de producción de coñac al dominar cada paso. Las fragancias Frapin han sido diseñadas para perpetuar la tradición y enfatizar la complicidad entre dos conocimientos excepcionales, ambos relacionados con la tradición del lujo francés, así como con el suelo y la historia del país.